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Escondido en las mas profundas esquinas de su
encantadora bahia, La Paz posee una envidiable
posición geografica, ofreciendo un punto ideal de
inicio para innumerables encuentros con los paisajes
de naturaleza historica. Aquí, la peninsula se
estrella con el mar, permitiendo a los amantes de la
vida silvestre la oportunidad de observar la
naturaleza en su estado más puro.
El desierto que rodea es un ecosistema intrigante,
único y extremadamente hermoso, siempre lleno de
sorpresas. AL paso de los siglos, su flora y fauna han
evolucionado características endémicas debido a
su
relativo aislamiento. Valles extraños que aparentan
estar habitados enormes cactus cardon que se posan
como centinelas del desiero, cirios primitivos, arbol
elefante y espinosas choyas forman parte de las mas de
4,000 especies de plantas que forman esta espinosa
alfombra verde en la arenosa tierra. Muchas variedades
de aves residentes y las especias migratorias se
encuentran aquí a su paso en la temporada de invierno
en busca de tierras mas templadas. Halcones, cuervos,
pájaros carpinteros, el gran corre caminos, el colibrí
Xantus, y el Cenzontle gris son avistados comúnmente
aquí. El Borrego Cimarrón, símbolo de estas
tierras,
zorras, coyotes, pumas roedores desérticos y las
ardillas son abundantes.
Miles de años atrás, una primitiva tribu de cazadores
y recolectores crearon infinidad de pinturas rupestres
en cuevas y barrancos, reflejando figuras de tamaño
real, escenas de casería, familias, animales y algo
que inclusive aparenta ser extraterrestre. La
concentración más basta de este espectacular arte
rupestre se puede encontrar en la Sierra de San
Francisco y Guadalupe, aunque, el aventurarse por
varios acantilados y lechos de ríos permiten al
visitante descubrir muchos de estos formidables sitios
cercanos a La Paz.
Al sur de la ciudad, en el limite con el Trópico de
Cáncer, se levanta la Sierra de la Laguna. Este macizo
montañoso, declarado como reserva dela biosfera en
Junio de 1994, se eleva a una altitud de casi 2,20
metros sobre el nivel del mar, comprendiendo un
extraordinario paraíso Darwinesco de aves y plantas
endémicas. Su clima y vegetación cambian radicalmente
en relación con la altura. Del nivel del mar a 400
metros de altura los arbustos xerophilos prevalecen;
de 400 a 1,200 metros, el mas seco de los climas
semiáridos prevalece con el característico bosque
semi-deciduoso, manchado con plantas que no se
encuentran en ninguna otra parte de la península. De
los 1,200 metros hasta los picos mas altos, el clima
templado y la abundancia de lluvia favorecen el
indisputable reino de las confieras y pinos. A manera
que se hace el ascenso en las sierras, el paisaje se
transforma radicalmente, con repentinos arroyos que
acaban en estanques cristalinos.
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